La elaboración de un sello

El trabajo del grabador

El primer paso para elaborar un sello es la creación de un diseño por un artista a partir del encargo del tema y la serie correspondiente.

El diseño creado se graba sobre un bloque de acero llamado punzón original, a partir de una fotografía proyectada al revés. El grabador trabaja con una lupa binocular que agranda los detalles del bloque y le facilita la tarea. Es un trabajo de una precisión extrema, puesto que puede haber siete tallas por milímetro. El más mínimo error de trazo con el buril obliga casi siempre a iniciar de nuevo el trabajo en otro bloque. El punzón original se calienta en un horno a una temperatura de entre 800 y 900 °C con cianuro de sodio y después se enfría a toda velocidad en un baño de aceite mineral, para dar temple al acero. 

Hay que contar unas cien horas de trabajo para grabar un sello.

 

Traspaso del punzón a la moleta

Esta operación consiste en reproducir el grabado del punzón original sobre un pequeño cilindro de acero dulce, montado sobre un eje y llamado moleta. Esta toma de huella se efectúa sobre la prensa a una presión que puede alcanzar las 5 o 6 toneladas.

Cuando la operación se ha acabado, tenemos sobre la moleta, en relieve y del derecho, el grabado original. La moleta será después endurecida con el mismo procedimiento utilizado para el punzón.

Traspaso de la moleta al cilindro de impresión

La moleta en la que figuran en relieve todos los vacíos del grabado del futuro sello se fija sobre una máquina de grabar con moleta.

Esta máquina permite reproducir por presión el grabado de la moleta sobre un cilindro tantas veces como sellos haya en una plancha, 25, 30 o 100 según el caso.

Después de haber rascado y pulido los grosores que se han formado en el entorno de los grabados, el cilindro es cromado antes de ser fijado sobre la rotativa con la que se imprimen los sellos.

 

La tirada

La impresión se efectúa sobre rotativas que utilizan papel engomado en bobinas. Las prensas rotativas en talla dulce imprimen tres hojas por cada vuelta del cilindro.

Previamente se humedece el papel a fin de facilitar la penetración de las tallas. Después se pasa por el cilindro de impresión y por el cilindro de presión.

El cilindro de impresión es tintado por contacto con rodillos cubiertos de plástico, llamados rodillos de toque, alimentados cada uno de una tinta de color determinada por otros rodillos de tintado.

El cilindro de impresión transmite al papel sus varios tintes de manera sucesiva y superpuesta.

Sobre la banda de papel impreso se superpone una banda de papel de seda a fin de proteger la impresión todavía fresca. El conjunto es después perforado para dentar los sellos y presentado en hojas que se cortan mediante un sistema de cizalla.